miércoles, 3 de junio de 2015

Capítulo 7. Las fantasías de Anabel





El sexo es de lo mejorcito que se ha inventado. Hay cientos de posturas y más por descubrir,  las limitaciones, al fin y al cabo, las pone cada uno…  Así que ¡usemos la imaginación señores! Con respeto y comunicación con la otra parte las posibilidades pueden ser infinitas… Aquí os dejo unos pequeños ejemplos de una mente algo sucia…

·        Juego de roles. Tipo la colegiala y el profesor, el jefe y la secretaría... Vestidos para la ocasión, por supuesto, y creando una historia. Aquí se hacen las cosas bien o no se hacen. Ya sé que no son roles igualitarios, pero ya he dicho en otras ocasiones que me pone muchísimo que el hombre coja el mando en estas cosas, que me imponga su voluntad. ¿Topicazo? ¿Y quién dice que lo clásico no funciona? Dejad a un lado la quema de sujetadores, poneros una minifalda y unas coletitas y dejar que “os enseñen la lección”.

·        Follar en sitios públicos. El hecho de que te puedan pillar… esa tensión de hacerlo bien pero rápido, sin poder gritar, tapando las bocas… uniendo tensión, placer, morbo… una buena combinación ¿no creéis?

·        Crear una situación. Dos desconocidos en un bar, una comida de negocios… Una fantasía que me encantaría cumplir es ir a un restaurante a cenar, si es posible caro, con un bonito vestido y con un conjunto interior sexy. Descalzarme un pie y juguetear con el paquete de mi acompañante sentado en frente, haciendo presión, frotando de arriba abajo… hasta notar su erección, todo esto mientras intenta pedir al camarero lo que vamos a cenar. Estaría prohibido hablar del tema, por supuesto, hay que hacer como que no pasa nada… Miradas desafiantes de “no hagas eso aquí” o “pórtate bien” por su parte, y miradas de “no puedo evitarlo… soy una zorra sin control” por la mía… Todo esto mientras hablamos del tiempo. En un momento determinado de la cena me levantaría, le susurraría a mi acompañante al oído “voy un momento al baño” mientras dejo caer en sus pantalones mis braguitas… Evidentemente, es una señal para que me siga con discreción al baño… y me folle sin moderación en él. Sin preámbulos ni tonterías, que meta la directa mientras me empotra contra la pared del baño o encima del lavabo, nos corramos como benditos y se vaya. Yo me acicalaría un poco y volvería a la mesa como si no hubiese pasado nada… ufff ¿alguien se apunta?

·        Una violación fingida. Es crear una situación para “los más guarretes”, grupo en el que por supuesto me incluyo… El nivel de “intensidad” se marca previamente según el nivel y sobre todo la confianza de la pareja. Tampoco hace falta sacar cuchillos o mordazas, aunque ahí cada cual… Pero vamos un simple que te sorprendan fregando los platos, por ejemplo (por el efecto sorpresa sobre todo) puede ser increíble...
Me pongo (y mucho) en situación: Yo, fregando los platos en pijama cortito, con mi coleta despelucha y mi musiquita de fondo… de pronto me agarran por detrás violentamente, devorándome el cuello, estrujando mis pechos con una mano firme mientras la otra se mete entre mis bragas, apretando para que note en mi culo una erección sucia y descomunal a partes iguales. Yo, después del subidón del momento, caigo que “estaba sola en casa” con lo que me asusto, pero mi  intruso se da cuenta rápido y tapa mi boca para silenciarme, dejando descuidado ese pezón que tenía agarrado, aunque lo compensa metiéndome hasta el fondo la mano que jugaba “ahí abajo”, convirtiendo mi proyecto de grito de auxilio en un aullido de placer. Él nota esa explosión de mis partes así que no se hace de rogar. Hace que mi cabeza toque la mesa de la cocina, inclinándome sobre ella, me baja el mini pantalón, hace lo propio con el suyo y me la clava sin dilación, hasta el fondo, una y otra vez, salvajemente mientras me agarra del pelo para moverme a su antojo para hacer que me corra por segunda vez, junto a él…

¿Algo más atrevido?  Llaman a la puerta y pensando que es tu compi de piso/vecina/madre/quien sea abres la puerta como si tal cosa, en toalla, porque te acabas de duchar… pero no, es él. El que te mira de manera lasciva en el trabajo/el vecino que hace cumplidos soeces/algún antiguo amante/quien os ponga más. Te dice algo ofensivo mientras intentas cerrar la puerta, pero él es más fuerte que tú. Forcejeáis hasta que consigue entrar. Cierra la puerta de un portazo mientras te agarra de la cintura violentamente, para que sepas que estás a su merced. Te arrastra hasta la habitación y te tira a la cama arrancándote la toalla y abalanzándose sobre ti. Tú forcejeas, cosa que le motiva más, incluso te deja que ganes “alguna batalla”, le resulta divertido, porque sabe que la guerra la va a ganar él. Consigue inmovilizarte, poniéndote las manos encima de la cabeza/atándote al cabecero con su camiseta y te empieza a comer entera, de arriba abajo: el cuello, los pechos… hasta llegar a ese coño con vida propia, que tienes ya súper lubricado porque sí, estás muy cachonda aunque no lo quieras reconocer… con lo que sólo con meter su boca en tu entrepierna explotas de placer. Él te mira con esa cara de cabrón, te da la vuelta y te la clava sin miramientos, totalmente encima tuya, notando su pecho en tu espalda mientras te vuelve a devorar el cuello. Tú ya estas totalmente sometida, así que coño, te dejas llevar como si no hubiera mañana…


Así podría tirarme horas y horas, pero me encantaría que algun@ valiente me dejara algún comentario sobre que le gustaría hacer o que le hicieran, yo cojo nota, nunca se sabe…

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