lunes, 4 de mayo de 2015

Capítulo 5. Los ciber encuentros de Anabel



Una cosa es usar a mi amiguito el consolador para desahogarme y otra muy distinta es usarlo mientras jugueteas con otra persona, ya sea por wasap, por teléfono o por un invento maravilloso llamado skype. Todo tiene su atractivo… solo tienes que tener imaginación y querer pasar un buen rato.

Yo no lo hago con cualquiera, el candidato tiene que cumplir una serie de requisitos…. Tienes que tener cierta confianza (no por haber hablado durante horas, pero sí que te la inspire) que te haga “cierta gracia”, que te atraiga algo de él, a veces el físico es lo de menos… pero sobre todo estar cachonda y juguetona. Es el mayor secreto a voces para el éxito del experimento, la vergüenza quítatela junto a las bragas.

Mi primera experiencia cibersexual fue con el Niñato. Un chavalito de 23 añitos, porrero incondicional y muy majete. “Tienes skype” “No, pero me lo hago en un momento” le dije. Estuvimos como un par de horas hablando y riendo por skype, coqueteando, tirándonos fichas… la verdad es que el cabrón ponía una sonrisa que me ponía bastante cachonda… no me acuerdo muy bien cómo pero nos pusimos al lío.

 No fue en plan “muéstrame ese coñito que voy a comer”, no nos enseñamos nada, nos veíamos de cintura para arriba, como iba la mano para la entrepierna mientras nos decíamos guarradas … “Qué soso” diréis, pero a mí me excitaba mucho ver la cara que ponía mientras se la tocaba, que me viera como me excitaba yo, como reaccionaba a lo que le decía… y sobre todo esa carita que ponen los tíos cuando se corren, esa carita de regresión a la niñez, de no haber roto un plato en su vida… me encantan esas caritas. Nunca llegué a practicar sexo en persona con el Niñato ni creo que lo hagamos nunca, pero sí que nos lo pasábamos muy bien… He hecho sexo por skype de manera más explícita visualmente hablando, pero no me ha satisfecho tanto… al menos sé lo que me gusta y lo que no.

Por teléfono también es muy excitante, sobre todo si la voz que escuchas es sensual. A mí me pone mucho una voz de hombre hombre, grave, firme… atractiva. El Pastelero creo que era el mejor para ese puesto, o al menos todavía no lo ha superado nadie. Es muy fácil decir “sé mi putita” (cosa que no me excita precisamente… bueno, depende… jeje) Pero es un arte que te digan al oído que quieren que hagas, como quieren que lo hagas y donde quieren que lo hagas mientras lo haces… ufff me entran los calores…  A veces estoy tan excitada que no soy capaz de mediar palabra, me dedico a obedecer y disfrutar de mi orden por cada poro de mi piel… hasta que no puedo más y estallo. Luego es mi turno… ahora mando yo. Teniendo en cuenta que a los hombres les encanta el sexo oral (hay algunos que parece que lo prefieren a la penetración) y les excita bastante mi piercing en la lengua (citando a Pulp Fiction “mejora la felación”) me deleito bastante con eso. Me gusta mandarles que se chupen bien los deditos y que jueguen con la punta del capullo como si fuera mi lengua, que se imaginen que se la lamo enterita… la verdad, es que nunca se han quejado. Muchas veces me he planteado poner una línea erótica, me lo pasaría teta y encima me ganaría unas pelas.

Luego está el wasap. Para los más vergonzosos es un hallazgo, ya que el no tener que hablar parece que te hace ser más atrevido y escribes cosas que no serías capaz de decir.  La limitación que tiene es esa misma también, ingeniártelas para tocarte, escribir… a mi me faltan manos a veces, la verdad… gracias a Dios se inventaron las notas de audio, aunque claro, si eres vergonzoso… la cuestión es apañarse. Además tienes el puntillo de intercambiar alguna foto… una erección, un pubis depilado, un pequeño video del consolador en acción… y el que más me gusta a mí: una corrida en todo su esplendor. Es como mi premio por el trabajo bien hecho, jeje

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